La
ética social: una cuestión de principios
Cuando
te preguntas qué es la ética social, la respuesta refleja esos mismos
principios éticos que inspiran tu ética personal, ni más ni menos.
Lo
único que cambia (que sin embargo no es poco) es la apreciación de la propia responsabilidad, que pasa de verse
como algo particular a ampliarse y alcanzar una dimensión más
generosa, poniéndose al servicio de la responsabilidad social.Al fin y al cabo, la ética
social implica tomar conciencia
de que todos y cada uno de tus actos tienen consecuencias sociales,
sobre los demás y sobre el medio ambiente.
O
dicho de otro modo, la ética individual
es la base sobre la que construimos la ética social que se aplica en los
entornos donde convivimos y nos desenvolvemos como personas. No existe la una sin la otra.
Tan
estrecha es la relación entre estos dos conceptos, que es prácticamente
imposible que pueda existir una ética personal sin una ética social. Las
personas que son buenas con sí mismas hacen lo propio cuando trasladan esos
valores a la sociedad como tal. Del mismo modo, quienes practican unos
principios y acciones beneficiosas para sus semejantes, es casi seguro que los
trasladarán a nivel individual.

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